¿Cómo definirme en una sola palabra? Imposible.

Soy muchas cosas a la vez, y me encanta serlo. Me nutro de esa diversidad, de esa multiplicidad que me habita y me impulsa. Pero si hay algo que tengo muy claro —desde siempre— es mi profundo amor por la comunicación: por su variedad de formas, por su capacidad de transformarnos, de acercarnos, de construir puentes entre mundos distintos. Me maravilla su poder para conectarnos y lo transformadora que puede volverse cuando aprendemos a usarla con conciencia, intención y sensibilidad.

Estudié la Licenciatura en Recursos Humanos, soy Coach Ontológica, mamá de Santi —mi nene hermoso—, y nací en un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires.
Allí crecí, rodeada de afectos, raíces y aprendizajes simples. Más adelante, la vida me llevó a mudarme a la ciudad de Buenos Aires, donde me formé profesionalmente y trabajé como docente universitaria en la carrera de RRHH, experiencia que me marcó profundamente y me permitió acompañar procesos de desarrollo en muchas personas.

En 2019, la vida —como a veces sucede— me invitó a un cambio profundo: emigrar a España.
Fue ahí, en la hermosa ciudad de Cádiz, donde encontré un nuevo punto de partida. Entre la Celina que se fue y la que empezó a crecer desde cero, comenzó una búsqueda interna muy poderosa. Un camino de redescubrimiento personal y profesional, que me llevó a reconciliarme con lo que soy, con lo que fui, y con todo lo que quiero ser.

Ahí comprendí algo que ahora es parte de mi base: la comunicación es puente, es herramienta y es posibilidad, no importa el lugar del mundo en el que estés.
Y desde ese entendimiento, luego de un gran giro en mi vida laboral, me animé a crear mis propios espacios de formación y aprendizaje. Espacios alineados con lo que realmente quiero compartir, con propósito, con intención, con presencia.

Hoy te invito a recorrerlos conmigo.
Tal vez, en alguno de ellos, encuentres algo que te resuene y te ayude a dar tu próximo paso.